Enfermedades profesionales por amianto: riesgos, síntomas y prevención

El amianto, también conocido como asbesto, ha sido durante décadas un material muy utilizado en la construcción, especialmente en productos como tejados, tuberías, aislamientos y suelos. Sin embargo, hoy sabemos que la exposición a este material puede provocar graves enfermedades profesionales por amianto, muchas de ellas irreversibles y potencialmente mortales.

Hablar de las enfermedades profesionales por amianto no solo es una cuestión de salud, sino también de conciencia social. Miles de trabajadores y personas expuestas indirectamente han sufrido las consecuencias de este mineral. En este artículo te explicamos de manera clara cuáles son estas enfermedades, cómo se manifiestan, qué hacer ante una posible exposición y cómo prevenir riesgos.

Qué es el amianto y por qué es peligroso

El amianto es un conjunto de minerales fibrosos con una gran resistencia al calor y a la corrosión. Durante muchos años se consideró un material milagroso, utilizado en la fabricación de productos industriales y domésticos. Sin embargo, las fibras del amianto son extremadamente finas y, cuando se liberan al aire, pueden ser inhaladas fácilmente, acumulándose en los pulmones y otros órganos.

Una vez dentro del cuerpo, estas fibras pueden permanecer durante décadas, causando inflamaciones, cicatrices y mutaciones celulares que pueden desembocar en enfermedades profesionales por amianto.

Principales enfermedades profesionales por amianto

Las enfermedades causadas por el amianto pueden tardar entre 10 y 40 años en manifestarse. A continuación, detallamos las más importantes.

Asbestosis

La asbestosis es una enfermedad pulmonar crónica provocada por la inhalación prolongada de fibras de amianto. Produce una fibrosis progresiva en el tejido pulmonar, dificultando la respiración y reduciendo la capacidad pulmonar. Los síntomas más comunes incluyen tos persistente, dificultad para respirar, dolor torácico y fatiga.

No tiene cura, pero puede controlarse mediante tratamientos que alivian los síntomas y mejoran la calidad de vida del paciente.

Cáncer de pulmón por amianto

El cáncer de pulmón es una de las enfermedades profesionales por amianto más graves. Se produce tras años de exposición, incluso en pequeñas dosis. Los fumadores expuestos al amianto tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar esta enfermedad.

Los síntomas incluyen tos con sangre, pérdida de peso, dolor torácico y fatiga. El diagnóstico precoz es fundamental para mejorar las posibilidades de tratamiento.

Mesotelioma pleural

El mesotelioma es un tipo de cáncer muy agresivo que afecta a la pleura, la membrana que recubre los pulmones. Su única causa conocida es la exposición al amianto. Puede tardar hasta 40 años en desarrollarse y, por desgracia, suele diagnosticarse en etapas avanzadas.

Entre los síntomas se encuentran dificultad para respirar, acumulación de líquido en el pecho, dolor torácico y debilidad general.

Placas pleurales

Las placas pleurales son engrosamientos benignos de la pleura causados por la exposición al amianto. Aunque no son cancerígenas, su presencia indica contacto con este material y aumenta el riesgo de otras enfermedades profesionales por amianto.

Mesotelioma peritoneal

Menos común que el pleural, afecta al revestimiento del abdomen. Provoca dolor abdominal, pérdida de peso y distensión del vientre por acumulación de líquido.

enfermedades profesionales por amianto (1)

Quiénes están en riesgo de sufrir enfermedades profesionales por amianto

No solo los trabajadores de fábricas o construcción están expuestos. También pueden verse afectados:

  • Personas que vivieron cerca de fábricas donde se manipulaba amianto.

  • Familiares de trabajadores que llevaban las fibras en la ropa.

  • Inquilinos de edificios antiguos con materiales de amianto deteriorados.

La exposición indirecta es igualmente peligrosa. Por eso es vital conocer el riesgo y actuar de forma preventiva, y además conocer la lista de trabajadores afectos de patologías derivadas de la utilización laboral del amianto.

Síntomas y detección temprana

Las enfermedades profesionales por amianto suelen desarrollarse lentamente. Algunos signos de alerta son:

  • Tos persistente y seca.

  • Falta de aire al realizar esfuerzo.

  • Dolor en el pecho o la espalda.

  • Fatiga constante.

  • Pérdida de peso sin motivo aparente.

Ante la sospecha de exposición, es recomendable acudir a un neumólogo y realizar pruebas como radiografías o tomografías.

Prevención y medidas de seguridad

La mejor forma de evitar las enfermedades profesionales por amianto es la prevención. Algunas medidas esenciales incluyen:

  • Evitar manipular materiales que puedan contener amianto sin protección.

  • No cortar, lijar o romper placas sospechosas.

  • Contratar empresas especializadas en la retirada segura del material.

  • Utilizar equipos de protección adecuados.

La retirada de amianto debe realizarse siempre por profesionales autorizados y siguiendo protocolos específicos para evitar la dispersión de fibras.

Tratamientos disponibles

Aunque muchas enfermedades profesionales por amianto no tienen cura definitiva, los tratamientos buscan mejorar la calidad de vida y ralentizar la progresión. Estos incluyen:

  • Medicamentos para reducir la inflamación y la tos.

  • Terapias respiratorias.

  • Cirugías o drenajes en casos de acumulación de líquidos.

  • Quimioterapia y radioterapia en casos de cáncer o mesotelioma.

La atención médica temprana y un seguimiento adecuado pueden marcar la diferencia.

El reconocimiento como enfermedad profesional

En muchos países, las enfermedades profesionales por amianto están reconocidas legalmente como resultado directo de la exposición laboral. Esto permite a los afectados acceder a indemnizaciones, pensiones o asistencia médica específica.

Documentar correctamente la exposición y obtener informes médicos especializados es clave para reclamar derechos laborales y sanitarios.

Importancia de la concienciación

Durante años, el amianto fue un material común en viviendas y centros de trabajo. Hoy en día, el conocimiento sobre los riesgos nos permite protegernos mejor. La concienciación y la educación son fundamentales para evitar nuevas víctimas de enfermedades profesionales por amianto.

Difundir información y promover inspecciones periódicas en edificios antiguos son pasos esenciales hacia un entorno más seguro.

Proteger la salud frente al amianto

Como has visto, las enfermedades profesionales por amianto representan una de las mayores tragedias de salud laboral del siglo XX. La exposición a este material puede tener consecuencias devastadoras, incluso décadas después.

Desde nuestra experiencia, sabemos que la prevención, la información y la actuación responsable son las mejores armas contra el amianto. Proteger tu salud y la de tu entorno empieza por identificar los riesgos y acudir siempre a profesionales cualificados para cualquier manejo o retirada de materiales sospechosos.

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